Después de visitar los terrenos de la fantasía, el cómic histórico y los universos superheroicos, llega el momento para que Marini interprete a su manera el género negro.
Una propuesta que no vamos a destacar por lo original de su guion, puesto que historias de gánsters y detectives en la Nueva York de los años 50 no nos van a faltar, pero que si que podemos destacar por lo honesta de la misma, puesto que Marini no intenta inventar nada nuevo, solo proporcionarnos un momento lector de garantías y que sí vamos a destacar por la fuerza gráfica de la misma, algo casi garantizado cuando hablamos de este autor.
Un álbum que transpira esencia de cine negro de los 50, mafiosos y femme fatale incluidos, y con el que Marini rinde pleitesía al género de la manera que mejor se le da.
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