Yoshihiro Tatsumi es el creador del Gekiga, el manga para adultos.
El termino viene de Geki (drama) y Ga (ilustrado).
Y esto, ni más ni menos, es lo que nos encontramos en sus tebeos.
Lo más sórdido del ser humano, los personajes más marginales, siempre atrapados en una espiral de destrucción propia. Personajes que lo tienen todo y se abandonan dejándose llevar por sus vicios, sus pasiones, incluso por el amor.
En resumen, una radiografía del lumpen de la sociedad japonesa, que podemos hacer extensible al lumpen universal.
En esta nueva entrega, Tatsumi nos cuenta 6 historias de otras tantas mujeres.
Una mujer destrozada por el amor y que se dedica a la prostitución para intentar olvidar su pasado, eso sí, acompañada por el alcohol.
Otra mujer que se busca diferentes "novios" para que le paguen sus caprichos. O una mujer que cuida de su marido parapléjico, aunque no todo es lo que parece.
Este no es un comic que pueda recomendar a todo el mundo. Simplemente os reflejo aquí mi pequeña fascinación por el autor y sus historias.
Eso sí, cuando abres un comic y en la primera página te encuentras un primer plano de una botella de Santory Whisky (product of Japon), abierta y derramando su contenido sobre el suelo, pocas dudas te pueden quedar sobre lo que te espera a continuación.
El termino viene de Geki (drama) y Ga (ilustrado).
Y esto, ni más ni menos, es lo que nos encontramos en sus tebeos.
Lo más sórdido del ser humano, los personajes más marginales, siempre atrapados en una espiral de destrucción propia. Personajes que lo tienen todo y se abandonan dejándose llevar por sus vicios, sus pasiones, incluso por el amor.
En resumen, una radiografía del lumpen de la sociedad japonesa, que podemos hacer extensible al lumpen universal.
En esta nueva entrega, Tatsumi nos cuenta 6 historias de otras tantas mujeres.
Una mujer destrozada por el amor y que se dedica a la prostitución para intentar olvidar su pasado, eso sí, acompañada por el alcohol.
Otra mujer que se busca diferentes "novios" para que le paguen sus caprichos. O una mujer que cuida de su marido parapléjico, aunque no todo es lo que parece.
Este no es un comic que pueda recomendar a todo el mundo. Simplemente os reflejo aquí mi pequeña fascinación por el autor y sus historias.
Eso sí, cuando abres un comic y en la primera página te encuentras un primer plano de una botella de Santory Whisky (product of Japon), abierta y derramando su contenido sobre el suelo, pocas dudas te pueden quedar sobre lo que te espera a continuación.
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