Fábulas: Las edades oscuras

¿Punto y final o punto y seguido? Parecía que después de la gran guerra la historia de Fábulas había llegado a su fin. Personalmente, yo pienso que esto es un hecho. La trama inicial estaba pensada hasta ese momento y es el éxito de la serie (y las ventas, claro) la que obliga a Willingham a continuar con la misma. Haber cerrado la serie en la última página del anterior tomo no habría sido un hecho reprobable. Su guionista y creador saldría como un triunfador y nosotros tendríamos otro tebeo más para el recuerdo.

Pero resulta que Willingham todavía tenía más cosas que contar. Así llega este tomo de Las edades oscuras. Y mira tu por donde que, realmente, todavía queda mucho más que contar. Sin sacarse conejos del sombrero, sin fuegos artificiales, sin deux ex machinas. Con total naturalidad, de manera continuista y siendo fiel a todo lo anteriormente contado, el creador de Fábulas nos vuelve a sorprender con su capacidad de reinventarse de nuevo y volvernos a ganarnos para la causa. Todo ello sin traicionar para nada el espíritu de la serie y siendo fiel a sí mismo.
Supongo que a nadie le importará que este hombre siga ganado dinero con su obra, siempre y cuando esta se mantenga en los niveles de calidad que todos deseamos. A nadie le amargar un dulce, aunque este tenga más de 80 números a sus espaldas.

Vamos, que para los más escépticos, confirmar que todavía queda mucha vida en el reino de Fábulas y que todo tiene que cambiar para que nada cambie. Larga vida al rey Willingham.

PD: Lo de Buckingham merecería un post para el solo. El nivel gráfico alcanzado por este dibujante en los números de esta entrega es increíble. Se ve que le ha cogido el punto a la serie, se siente cómodo y maneja los hilos de la misma a su antojo. Lástima que el ritmo de publicación no le permita dibujar todas y cada una de las páginas de la misma, porque cada una de ellas es una pequeña delicia visual. Seguir el trabajo de este dibujante ya sería motivo suficiente para comprarse cualquier tebeo de Fábulas. Suerte que los guiones también están a la altura.