martes, julio 13, 2010
Viaje con Bill
A veces, la vorágine de novedades comiqueras en la que nos vemos envueltos no nos permite dedicar el tiempo necesario y preciso a determinados tipos de obras. Es algo inherente al ritmo social en el que vivimos. Nos pasa con nuestras lecturas, con la música que escuchamos, las series que vemos, etc.. Buscamos la inmediatez y no nos preocupamos de poner las herramientas necesarias para llegar al final deseado.
Viaje con Bill no es una obra perfecta. Apunta en muchos aspectos. En algunos alcanza los objetivos y en otros se queda en el camino. Pero lo que está claro es que es una obra que le demanda al lector que busque un momento de relax en su vida para dedicárselo a su lectura.
Para intentar situaros, lo mejor que os puedo decir es que este tebeo es una especie de On the road 2.0. donde lo psicotrópico del original se convierte aquí en onírico-fantástico. Una road movie, o deberíamos decir un road cómic, que combina grandes momentos con otros más olvidables, algo que también me pasó leyendo la novela de Kerouak, pero que en todo momento encuentra una excusa valida en el apartado gráfico, el cual mantiene una gran regularidad en toda la obra.
Está claro que en estos tiempos, pediros que arriesguéis vuestros cuartos en apuestas como esta no es algo que se pueda pedir alegremente, pero lo que tengo claro es que aquellos que apuesten fuerte y realmente encuentren lo que busquen en este tebeo, se van a llevar una obra para el recuerdo. Eso sí, como salga cruz, podéis odiarme ad eternum.
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