lunes, julio 26, 2010

Pluto

Lo que de lejos parece, de cerca lo es. Hace ya unos meses compartía mis primeras impresiones sobre esta serie con vosotros. Con sólo un número en el mercado, la cosa ya pintaba bien. Meses después, y con 7 tomos más publicados, para hacer un total de 8, las sospechas se confirman.

El tributo de Urasawa al maestro Tezuka y a ese personaje clave en la infancia de tantos y tantos niños japoneses no pudo ser más satisfactorio. De la manera en que sólo Urasawa podría hacerlo, Astroboy y su arco argumental sobre Pluto se convierten en un nuevo concepto con esta versión. Todas y cada una de las características que hacen tan personales las obras de Urasawa vuelven a ser una constante en este Pluto, pero al mismo tiempo, y aunque parezca contradictorio, toda la esencia de la obra de Tezuka también está presente.

Como es habitual, el autor japonés parte del thriller y del misterio (en este caso saber quién es el que está asesinando a los robots más poderosos del mundo) para enganchar al lector desde la primera página, pero a poco que nos desperecemos, realmente nos damos cuenta que esto es lo que menos le importa a Urasawa. Al final, todo es una pretexto para volver a la eterna reflexión sobre el bien y el mal, el papel del ser humano en el mundo que le rodea, yendo esta vez un paso más allá con esos robots que son más humanos que los humanos que los crearon.

Astroboy, pese a tener un papel protagonista, no deja de ser un personaje más en el elenco de actores que entran y salen de escena. De hecho, durante gran parte del relato, el peso narrativo cae en el personaje de Gesicht, el robot encargado de la investigación. Sobre él recaen gran parte de las reflexiones de esos robots que piesan y viven como los hombres.

Durante los 8 tomos de la serie, Urasawa realiza un trabajo de ambientación casi perfecto. Sin renunciar a su estilo gráfico (pero con constantes guiños a la obra de Tezuka) la avanzada sociedad que nos presenta, con esos Estados Unidos de Cracia, la guerra contra el imperio persa, los robots de primera generación en comparación con los avanzados robot quasi humanos, queda perfectamente representada por la propuesta gráfica de Urasawa, consiguiendo que el lector se sumerja totalmente en su relato.

Supongo que, una vez más, la comparaciones con Monster saldrán de inmediato. ¿Es mejor? ¿Es peor? Claramente la respuesta la tendrá cada lector en el momento en que acabe la obra. Para mi, son obras bastante distintas, e incluso puedo ver en este Pluto un afán de progresión, un intento de ofrecer algo más.

Pluto es una obra para el recuerdo, de esas que una vez acabadas, te llaman a la relectura, porque sabes que te has dejado muchos detalles por el camino. Habrá quien le eche en cara a Urasawa ese final de psiquiátrico, aunque a mi me funciona. En todo caso, un pequeño reproche dentro de una gran historia.

¿Por cierto, quién o qué carajo es el puñetero oso?

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