Los prejuicios, la falta de tiempo, la pereza, etc... todos estos elementos nos conducen a crearnos unas valoraciones a priori que a posteriori son las que actúan como impulso decisivo a la hora de hacer nuestras compras.
Cuando ves la sinopsis de este El coche de Intisar, con protagonista femenina en un país de oriente medio, con problemática religio-socio-militar, automáticamente salta el resorte y la alargada sombra de Persépolis cae sobre nosotros, y con ella, la citada pereza.
Pero hay veces, en que todos estos prejuicios no están justificados, algo que solo puedes descubrir tras leer la obra.
El coche de Intisar dista mucho de ser un clon de Persépolis. Pese a las posibles similitudes, la obra está concebida de una manera diferente. Gracias al trabajo de Pedro Riera y a la gran frescura narrativa de Nacho Casanova, la crónica social de una ficticia mujer icono, que conocemos como Intisar, en el Yemen de hoy en día, se deja leer con una pasmosa naturalidad. En pocas páginas, el personaje de Intisar se hace con nuestra simpatía, y a modo de episodios anecdóticos, vamos conociendo como es la vida de una mujer yemení.
El coche de Intisar no es un tebeo llamado a revolucionar el género, pero si que resulta un soplo de aire fresco en un tipo de cómic persepolizado que parece crecer como setas en la sección de novedades. Si le dais una oportunidad, seguro que no os decepciona.
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