Cuando piensas que lo has visto todo, te encuentras de frente con una majarada comiquera como un Drácula a cuatro manos realizado por Azpiri y Forges. Después de la sorpresa inicial, abres el libro para comprobar exactamente de qué va esto. Lo que te encuentras en las primeras páginas es una adaptación más que fiel de la novela original, con un dibujo de Azpiri que cumple con la misión encomendada. Hasta aquí, nada fuera de lo normal. O te gusta, o no te gusta. Todo depende de las tragaderas que tengas con el dibujo de Azpiri.
Lo sorprendente llega cuando Forges entra en escena en la cuarta página. Allí, un Drácula forgiano, pariente próximo del chiquito más jander. se mezcla de manera imposible con los dibujos de Azpiri, creando una escena conjunta que solo puede producir en el lector la mayor de las sonrisas o la peor de sus pesadillas.
Fuera cual fuera el resultado, hay que reconocer que originalidad, y osadía, no le falta a este tebeo. Los autores ya anuncian futuras reinterpretaciones de otras novelas de horror clásico. No sé yo si la cosa, y las ventas, darán para tanto,pero de lo que no hay duda es que el Drácula Jander Klander ya es una realidad.
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