El primo carnal de Parker está de visita en la ciudad. Y siguiendo la genética familiar llega con la intención de destrozar todo aquello lo que se interponga en su camino.
Tyler Cross no es hijo de Donald Westlake, pero lo podría haber sido sin ningún tipo de problema. Las raíces están ahí. Género negro, personaje que se rige por su dudoso código de honor y al que le importa una mierda los demás.
Tras recibir un encargo del señor Di Pietro del cual alguien no va a salir bien parado y después de que las cosas no salieran como estaban previstas, Tyler llega a un pequeño pueblo perdido en medio de la desértica inmensidad con 21 dólares y 17 kilos de heroína.
Con un apéndice de dos páginas llenas de referencias presentes en el cómic, con nombres como Los Soprano, Atraco perfecto, La huida, Siegel, Peckinpah, Brooks, Wilder, etc...os podéis imaginar que la historia de Tyler Cross tiene lo necesario para haceros pasar un gran rato comiquero.
Fabien Nury, uno de los grandes alquimistas del guión en nuestros días lo vuelve a conseguir. Junto a su fiel dibujante Bruno, quien pone en imágenes las ideas de Nury con gran brillantez y un estilo totalmente personal pero que encaja a la maravilla con el tono del relato, Nury demuestra que pese a que esté todo contado, una vez más, si se cuenta bien a nadie le importa dejarse engañar..
Un cómic que es imprescindible para los amantes del género negro y para todos aquellos que tiene mono de Parker y que es altamente recomendable para cualquier lector en busca de un cómic de calidad.
Muy recomendable también resucitar viejas lecturas de Nury como son la trilogia de Érase una vez en Francia, Atar Gull, Silas Corey o WEST.
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