Pese a que el cómic francobelga se rige por unos códigos comerciales bastante definidos hay que tener en cuenta que el lector amante de estilo no es estanco a otros géneros como pueden ser el manga o el cómic de superhéroes. Este último, netamente norteamericano, es una de la principales influencias de Ozanan y Jurion a la hora de tejer su historia.
Superhéroes made in USA al estilo francés. Eso es lo que nos ofrece Klaw. Una adrenalítica serie que mezcla las esencias más puras del cómic de superhéroes, con la aventura, la fantasía y los más totémicos mitos.
Con un trepidante guión basando en la acción non stop, con los adecuados giros para mantener la atención del lector, una portada de esas que venden el cómic sin más ayuda y con una puesta en escena gráfica realmente fluida y dinámica (aunque un poco sobrecargada por momentos), Klaw se ofrece como alternativa a las típicas historias de superhéroes llegadas del mercado norteamericano.
Este integral recoge un primer ciclo que se deja leer con alegría y donde posiblemente encontremos una lectura más que agradable siempre y cuando no le pidamos peras al olmo.
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