La literatura de solapa habla de esta obra como de Disney y Dalí juntos en un mismo plato. Un surrealista plato de tallarines. Podría estar totalmente de acuerdo con esta definición, pero si añadimos a las referencias, la de Herriman y su Krazy Kat, pues todavía estaría más de acuerdo.
Desde ya os confirmo que El patito saubón no es obra para cualquier lector. Es recomendable una excitación previa por las obra anteriormente mencionadas, por el autor Carlos Nine y su propuesta gráfica y por un gusto natural por el humor negro y lo surrealista.
Si no, de que otra manera nos podría llegar a interesar la historia de un pato comunista, imposiblemente enamorado de la gallina Cú-Cú, vendedor de peines y poseedor de un pico que sabe llevar al placer orgásmico a las feminas que se cruzan en su camino sean ellas gallinas, gatas o cerdas, desatando con ello la ira de felinos mafiosos de patoquilla que buscarán el peor fin para nuestro protagonista.
Una obra exigente, conceptual en sí misma y que solo podrá llevarnos al deleite o a la desesperación lectora, sin término medio.. Que cada cual juzgue si lo visto hasta el momento lo podría llevar a un lado u a otro de la balanza.
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