Si ya realizar una buena propuesta de terror en el lenguaje del cómic es digno de elogio, combinar el terror con una trama de denuncia politico-social, con el omnipresente problema del racismo como punto de partida, está al alcance de unos pocos elegidos.
El equipo creativo formado por Pornsak Pichetshote, Aaron Campbell y José Villarrubia lo consiguen con creces, con un trabajo de equipo donde cada uno realiza la función que mejor domina pero en la que todos completan y apoyan el trabajo de los otros.
Una trama de casa encantada versión siglo 21 que se mezcla perfectamente con una trama de terrorismo que siempre es el caldo de cultivo ideal para que surja el racismo y la xenofobia. Complicado saber que parte de la historia es más terrorífica.
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