¿Por qué me llamas Bad Weekend cuando realmente quieres decir Criminal? Porque sí, lo que Panini nos ofrece como un volumen autoconclusivo no deja de ser una extensión del universo Criminal.
¿Puede uno leer este libro sin haber leído nada de lo anterior? Sin ningún problema. De hecho, pese a tener cierta conexión con el universo Criminal, este relato es una espinita que Brubaker tenía clavada desde hace tiempo queriendo contar una historia sobre las historias más sórdidas del mundo del cómic escuchadas en cientos de reuniones y elevadas, muchas de ellas, al nivel de leyendas urbanas.
Para dar sentido a todo ello, se saca de la manga al personaje de Hal Crane, un otrora fulgurante dibujante de éxito que ahora vive su etapa más crepuscular de una manera un tanto beligerante con el mundillo que un día lo elevó a los altares. Esta excusa sirve a Brubaker para crear una trama que sin hablar de nadie en particular recoge un poco la realidad de muchos artistas y situaciones reales.
Un Criminal que quizá sea el menos criminal de todos en lo que se refiere a contenido de género negro pero que a mi no solo me encantó sino que destacaría especialmente por esa conexión comiquera.
Sin motivos para negar el axioma de que no hay Brubaker malo.
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