Verano. Ciudad pequeña. Historia de amor en ciernes.
Ari acabó el instituto y no quiere continuar con el negocio familiar, una panadería artesanal, para perseguir su sueño de ser un músico de rock en la gran ciudad.
Héctor abandona la gran ciudad y sus estudios de hostelería para hacerse cargo de una herencia familiar en un pequeño pueblo.
La tarjeta de salida para Ari tiene el nombre de Héctor, porque es la persona llamada a sustituirlo en la panadería... pero ya sabéis como es el amor, que aparece cuando menos lo esperas, entre cada receta y bollo de pan horneando, haciendo que Ari se replanteé todas sus necesidades vitales.
Bueno, con esto argumento creo que no necesito confirmar que estamos ante un bonita historia de amor, de corte juvenil y con el extra de estar enmarcado en el, cada vez más, cautivador mundo de la cocina.
Pese a que todo lo dicho os pueda sonar a pastiche de una pastelera historia de amor, Kevin Panetta y Savanna Ganucheau se las arreglan para darle la necesaria entidad comiquera al conjunto y regalarnos una historia tan bonita como vitalista con la cual será imposible no quedar con buen sabor de boca.
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