Preciosa aproximación a la figura de Marcel Proust a través de su gobernanta, Celeste, una mujer con pocas capacidades para ser la sirvienta en cualquier casa pero que inexplicablemente congenió a la perfección con el espíritu etéreo de Proust.
O bueno, una vez leído este álbum, esta sintonía entre ambos no resulta tan inexplicable.
Un retrato de dos seres singulares en una época irrepetible que se desarrolla como una comedia romántica ante una imposible historia de amor entre una campesina y un dandi parisino.
Chloé Cruchaudet, indeleble en nuestro recuerdo comiquero por su Degenerado, capta con su trazo y sus acuarelas la esencia de la obra de Proust llegando a introducirla y mezclarla en el relato con diversos recursos narrativos, entre otros el caligrama, dando como resultado un maravilloso cómic de alegre lectura.
Nunca pude con las magdalenas del amigo Marcel pero tras este Celeste y Proust te entran ganas de revisitar su obra.
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