La premisa no puede ser más atractiva. No original, pero sí atractiva.
El planeta se va al carajo debido al cambio climático. La sociedad se autodestruye. No hay muchas salidas excepto viajar en el tiempo para evitar que Cristobal Colón llegue a América y desencadene el principio del fin.
Pero ya sabéis que la línea temporal es caprichosa y todas estas teorías siempre suenan mejor en el papel que en la práctica, algo que van a comprobar nuestros protagonistas. De una manera un tanto violenta.
Una entretenida propuesta de ciencia ficción que va servida de paradojas temporales y a la que aún le queda un poco de espacio para pequeñas dosis de horror.
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