Allá en la prehistoria de este blog, recuerdo haber recomendado Madre vuelve a casa, la primera obra de Paul Hornschemeier. Un libro que tengo en mente porque fue uno de los primeros cómics con los que descubrí la extraña sensación de no ser correspondido en mis recomendaciones, algo que en el futuro siempre procuré tener en cuenta a la hora de recomendar. Una obra que a ti te entusiasma no siempre tiene que causar el mismo efecto en el resto de mortales.
En este 2011, y tras una obra intermedia que me dejó bastante frío, vuelvo a redescubrir las mismas sensaciones que con Madre vuelve a casa. Las diferencias entre una y otra obra son notorias, tanto en lo temático como en lo formal. Pese a ello, leyendo La vida con Mr. Dangerous, no es difícil reconocer el sello de identidad de su autor.
Paul Hornschemeier ya no es el jovencillo que asombró a todos con su primer trabajo. En todos estos años, pese a no tener una profusa obra publicada, este joven se fue forjando como autor y como persona, una experiencia que ahora se ve reflejada en su nueva obra.
La vida con Mr. Dangerous vuelve a entrar en la vida de una joven de 26 años, contándonos el siempre complicado paso de la etapa adolescente a la vida de adulto, crisis existenciales, vitales y amorosas incluidas, y con el único refugio y consuelo de un gato, una madre y una serie de dibujos animados cuyos episodios se repiten día tras día hasta el aburrimiento.
Pero ya sabéis que tan importante es lo que se cuenta como como se cuenta. Paul Hornschemeier consigue acertar con las teclas adecuadas para llevarnos por la vida de Amy sin que lleguemos a notar el viaje, pasando de hoja en hoja, y consiguiendo acercarnos a su vida como si fuera la de un conocido.
Un trabajo que consolida a Paul Hornschemeier como uno de los autores norteamericanos a seguir, y con el que el dibujante cada vez se acerca más a su introductor en el mundo de los cómics; Daniel Clowes. Una comparación que aunque pudiera parecer forzada, tiene una base sólida en la que asentarse.
En este 2011, y tras una obra intermedia que me dejó bastante frío, vuelvo a redescubrir las mismas sensaciones que con Madre vuelve a casa. Las diferencias entre una y otra obra son notorias, tanto en lo temático como en lo formal. Pese a ello, leyendo La vida con Mr. Dangerous, no es difícil reconocer el sello de identidad de su autor.
Paul Hornschemeier ya no es el jovencillo que asombró a todos con su primer trabajo. En todos estos años, pese a no tener una profusa obra publicada, este joven se fue forjando como autor y como persona, una experiencia que ahora se ve reflejada en su nueva obra.
La vida con Mr. Dangerous vuelve a entrar en la vida de una joven de 26 años, contándonos el siempre complicado paso de la etapa adolescente a la vida de adulto, crisis existenciales, vitales y amorosas incluidas, y con el único refugio y consuelo de un gato, una madre y una serie de dibujos animados cuyos episodios se repiten día tras día hasta el aburrimiento.
Pero ya sabéis que tan importante es lo que se cuenta como como se cuenta. Paul Hornschemeier consigue acertar con las teclas adecuadas para llevarnos por la vida de Amy sin que lleguemos a notar el viaje, pasando de hoja en hoja, y consiguiendo acercarnos a su vida como si fuera la de un conocido.
Un trabajo que consolida a Paul Hornschemeier como uno de los autores norteamericanos a seguir, y con el que el dibujante cada vez se acerca más a su introductor en el mundo de los cómics; Daniel Clowes. Una comparación que aunque pudiera parecer forzada, tiene una base sólida en la que asentarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario