Desde luego, guste o no guste, seas fan de la fantasía o no, hay que reconocer que Víctor Santos, padre de la criatura llamada Los reyes elfos, se lo ha currado. Casi un década después de su aparición, la saga sigue avanzando contando con el importante apoyo del público y en los últimos tiempos también acaparando la atención de la crítica.
Es una pena que la edición de esta historia sea tan caótica. Para un lector recién llegado, la cantidad de etapas en distintos formatos y publicadas por diferentes editoriales, puede crearle confusión al no saber muy bien por donde empezar. Un volumen integral, solucionaría este problema y creo que potenciaría mucho las ventas.
Pero me voy por las ramas porque mi intención no era hablar sobre la saga en su conjunto, sino que quería centrarme en el último tomo aparecido; Historias de Faerie 2.
Al igual que hiciera en un tomo anterior, Víctor Santos pone su creación en manos de otros dibujantes y guionistas, de forma que aporten su personal visión del mundo de los reyes elfos.
En este segundo tomo, las colaboraciones son numerosas. Pero si lo destaco es en especial por la presencia de autores cuyo nombre nos es muy familiar por estas tierras, como es el caso de David Rubín y Emma Ríos o el del barcelonés Sergi Sanjulián.
Quizá la presencia de estos autores nos sirva de excusa para comprarnos el tomo y de esta manera adentrarnos el personal mundo de Víctor Santos. Quién sabe, lo mismo hasta nos enganchamos.
Es una pena que la edición de esta historia sea tan caótica. Para un lector recién llegado, la cantidad de etapas en distintos formatos y publicadas por diferentes editoriales, puede crearle confusión al no saber muy bien por donde empezar. Un volumen integral, solucionaría este problema y creo que potenciaría mucho las ventas.
Pero me voy por las ramas porque mi intención no era hablar sobre la saga en su conjunto, sino que quería centrarme en el último tomo aparecido; Historias de Faerie 2.
Al igual que hiciera en un tomo anterior, Víctor Santos pone su creación en manos de otros dibujantes y guionistas, de forma que aporten su personal visión del mundo de los reyes elfos.
En este segundo tomo, las colaboraciones son numerosas. Pero si lo destaco es en especial por la presencia de autores cuyo nombre nos es muy familiar por estas tierras, como es el caso de David Rubín y Emma Ríos o el del barcelonés Sergi Sanjulián.
Quizá la presencia de estos autores nos sirva de excusa para comprarnos el tomo y de esta manera adentrarnos el personal mundo de Víctor Santos. Quién sabe, lo mismo hasta nos enganchamos.