lunes, abril 28, 2008
RG: Bangkok-Belleville
Si en su momento la primera entrega de RG me sorprendió gratamente, este segundo volumen de la serie no hace sino reafirmar mis sensaciones. El primer tomo ya apuntaba alto, pero con este segundo casi podemos decir sin miedo a equivocarnos que estamos ante el nacimiento de un clásico.
En un primer vistazo puede parecer que nos vamos a encontrar con más de lo mismo. El detective Pierre Dragon sigue con sus investigaciones. En este caso, una trama de inmigración ilegal con todo lo que eso conlleva. Las horas de vigilancia, las relaciones con sus compañeros, la crítica al sistema judicial francés, etc... Todo ello sigue estando presente al igual que en el primer tebeo.
Pero conociendo a Peeters, estaba claro que este autor no se iba a repetir. Supongo que tiene algo en sus genes que se lo impide.
Por eso, en este tomo, la faceta humana del detective Dragon (que ya tenía gran importancia) toma todo el protagonismo dejando la labor policial en segundo termino. A través de pequeñas pinceladas, tan sutiles como precisas, conocemos más y más sobre la vida de este hombre y asistimos, de primera mano, a su necesidad vital de compartir su vida con otra persona que le ayude a soportar las penurias a las que se enfrenta todo los días en la calle.
Estaba claro que con Peeters de por medio, el tema del amor y las relaciones humanas no iba a tardar en coger protagonismo. De todas formas, esto no quiere decir que este tebeo sea un monologo en el que se cuenta la vida amorosa y familiar de nuestro protagonista. Todo lo contrario. Lo que hace más grande, si cabe, a este tebeo, es que el equilibrio entre mundo policial y experiencia vital es simplemente perfecto, haciendo que cuando estás a mitad de tebeo no tengas muy claro que te tiene más atrapado, si la investigación policial y el mundo de comisaria, o la vida privada del protagonista.
Si a todo esto le añadimos que la planificación, narración, dibujo y color de Peeters es bestial, la suma nos da un J-imprescindible. Realmente me tiene alucinado como Peeters puede pasar de un dibujo, en cierta manera, minimalista como es el de Lupus, a una explosión de detalles como el que hace en RG. Realmente hay momentos en que parece que te está paseando por las calles de París. Supongo que ese gen del que os hablaba antes, también tiene un componente profesional, que le lleva a afrontar estos trabajos "más comerciales" de una manera distinta a sus trabajos profesionales.
Por el momento, una tercera entrega de las aventuras del personaje ya está asegurada. De todas formas, esperemos que este autor tenga mucho más que contar y que como dije al principio, dentro de 10 años sigamos disfrutando de las aventuras de un clásico más de la BD.
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1 comentario:
J-imprescindible, J-imprescindible...
se non pides abondo para que o poida levar para casa, como vai ser un J-imprescindible?
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