El sueñero

Esta obra, punto álgido en la carrera del Enrique Breccia, nace allá por los años 80 como un encargo que Toutain realiza al autor argentino con vistas a publicar de forma serializada en el mercado europeo. Era la edad dorada de las revistas y la demanda de historias era constante.
Breccia, opta por realizar una serie de corte fantástico, con toques de humor y un surrealismo que poco a poco se apodera del relato.

En un lugar y un tiempo imaginario, la peste sutil se apodera de la población. La única solución pasaba por reflotar el antiguo Sirko Roman-ho. Para ello, hacían falta guerreros. Animales que lucharan con animales o humanos, hombres combatiendo con hombres o animales. Cualquier receta era buena si funcionaba. El encargado de conseguir estos guerreros, es nuestro protagonista; El sueñero también conocido como El ñato.


Durante 4 entregas, Breccia siguió esta historia de corte aventuresco. En esa cuarta entrega, Totuain decide no continuar con la serie. Es entonces cuando Breccia la recicla hacia el mercado argentino, dotándola desde ese momento de una amplia significación política. Desde la quinta entrega, su militancia montonera sale a la luz, y la historia se convierte en una denuncia de la injerencia extranjera en la política argentina, con la guerra de las Malvinas como telón de fondo.

Lo curiosos es que para un lector totalmente apolítico, o que no conociera al detalle las intrigas de la política argentina de la época, la historia seguía funcionando desde un punto de vista de la aventura. Cierto es, que El Sueñero se convirtió desde el primer instante en una obra especial y polémica, pero también es cierto que todas las obras que trascienden a su momento, tienen que tener ese toque diferenciador.

Recuperada ahora por 001 Ediciones, nos llega otro pedazo de la historieta argentina.