En su número 20, la revista Palookaville, herramienta que el genial Seth usa como cajón de sastre donde ir dando salida a sus inquietudes creativas, da el salto de calidad, pasando del débil, aunque bonito, formato de revistilla, al más estilizado y deseable formato de libro en tapa dura.
Si el cambio exterior es notable, los contenidos siguen siendo los mismos y esperados. Seth, continua con las historias de su interminable Clyde Fans (por aquí bautizada como Ventiladores Clay), ofreciéndonos otra entrega, muy interesante, aunque un poco frustrante debido a su no conclusión final. En compensación, Seth nos da una historia de corte autobiográfico, donde durante 14 páginas repetidamente se flagela lamentando su mísera existencia en el mundo, poniendo como excusa una de sus paradas en Calgary con motivo de su gira promocional.
Cada una de estas 14 páginas valdría el precio del libro, pero aún hay más. Seth, también nos regala otra dosis más de su colección de Sketchbooks, con retratos de los personajes más variados.
La guinda a todo el conjunto, la pone un artículo, a medio camino entre el reportaje y el libro de arte, donde Seth nos describe las fases que lo llevaron a crear Dominion City, la ciudad de ficción salida de la inquieta mente del creador. 22 páginas, profusamente ilustradas, donde el autor expones sus intenciones iniciales, como estas cambiaron totalmente en el proceso y cual fue el resultado final.
Por ahora, sólo disponible en inglés.
Si el cambio exterior es notable, los contenidos siguen siendo los mismos y esperados. Seth, continua con las historias de su interminable Clyde Fans (por aquí bautizada como Ventiladores Clay), ofreciéndonos otra entrega, muy interesante, aunque un poco frustrante debido a su no conclusión final. En compensación, Seth nos da una historia de corte autobiográfico, donde durante 14 páginas repetidamente se flagela lamentando su mísera existencia en el mundo, poniendo como excusa una de sus paradas en Calgary con motivo de su gira promocional.
Cada una de estas 14 páginas valdría el precio del libro, pero aún hay más. Seth, también nos regala otra dosis más de su colección de Sketchbooks, con retratos de los personajes más variados.
La guinda a todo el conjunto, la pone un artículo, a medio camino entre el reportaje y el libro de arte, donde Seth nos describe las fases que lo llevaron a crear Dominion City, la ciudad de ficción salida de la inquieta mente del creador. 22 páginas, profusamente ilustradas, donde el autor expones sus intenciones iniciales, como estas cambiaron totalmente en el proceso y cual fue el resultado final.
Por ahora, sólo disponible en inglés.
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