The Red Wing

De entrada, dejemos claro que esta no va a ser una lectura fácil. Encasillable dentro de una scifi hard, con saltos temporales, paradojas y la no-linealidad del espacio tiempo como temas recurrentes, Hickman construye una historia donde simplemente da determinadas pautas al lector, siendo este el que va a tener que encajar parte de las piezas del puzzle.
Por supuesto, este tipo de historias son acogidas con entusiasmo o con enfado dependiendo del tipo de lector al que llegue el tebeo. Vosotros veréis en qué lado os encontráis y hasta que punto os interesa una historia de este tipo, que tienen tantas posibilidades de entusiasmaros como de cabrearos.

Yo solo os puedo confirmar que a mí me atrapó. Entré en el juego de Hickman y me dejé llevar por su propuesta. ¿Tramposa? Sí, ciertamente hay partes que lo son. ¿Efectiva?. Eso es innegable.

La única pega que le puedo poner es que el planteamiento, y la trama que Hickman se saca de la chistera, podría haber dado para más (para mucho más), y que al final, Red Wing se queda en una obra destacable, con sus luces y sombras y que podrá llegar mejor a un público entregado.

En todo caso, culaquier fan de la scifi debería de estar de enhorabuena, puesto que historias de este tipo no es que sean muy abundantes en el panorama actual.

Gustará a amantes de la saga de Ender o de películas como Donnie Darko. Cabreará a todos aquellos que las paradojas temporales, o la ausencia de ellas, les producen dolor de cabeza.

Por cierto, pese a que una primera ojeada a las páginas del tebeo puedan inducir a pensar que el dibujante Nick Pitarra sea un caradura (véanse las 6 páginas de fundido en negro para narrar el aterrizaje de una nave o esos espacios en blanco, tan elegantes como de dudosa utilidad narrativa), en la suma total, se puede decir que su aportación es más positiva que negativa, ayudando a enriquecer el conjunto de la obra.