Taichi Hiraga-Keaton...
Hijo de padre japonés y madre británica
De nacionalidad británica.
Graduado por la Universidad de Oxford.
Ex soldado del SAS y arqueólogo.
Profesor universitario de tercera y temerario
detective en sus ratos libres.
Master Keaton es un Urasawa, pero no un Urasawa de pura cepa, como Monster, 20th Century, Pluto o Billy Bat. Aquí, el famoso autor japonés, solo se encarga de la parte gráfica de la obra, dejando los guiones en manos de Katsushika, aunque bueno, esto no es del todo cierto, porque tras la muerte de Katsushika, fue el propio Urasawa quien continuó con los guiones de la serie, pero esto es un culebrón que a estas alturas no tiene importancia. El caso es que el tono de thriller habitual en los mangas de Urasawa, con ese eterna lucha entre el bien y el mal en sus diversas formas, queda al margen en este Master Keaton para dar paso a una serie mucho más festiva y ligera, algo que no tiene que ser sinónimo, en absoluto, de falta de calidad.
Taichi Hiraga-Keaton, máximo protagonista de la historia, ejerce como profesor universitario de antropología, pero para llegar a final de mes, tiene que compaginar este trabajo con el de investigador para una agencia de seguros, trabajo que lo lleva a enfrentarse a diversos casos, muchos de ellos con acción física de por medio, en los que se ve obligado a utilizar todos los conocimientos que su entrenamiento como maestro de combate de las SAS le ha proporcionado.
Así, cada capítulo de este primer tomo, nos presenta un nuevo caso que Master Keaton tienen que solucionar. Alguno de ellos es autoconclusivo, mientras que otros ocuparán varias entregas antes de alcanzar su final, lo que va dotando a la serie de cierta continuidad a la par que vamos descubriendo todos los secretos que nuestro protagonista esconde de su anterior vida.
Al mismo tiempo, la entrada del personajes secundario de su hija, introduce la variante familiar en la obra, cambiando drásticamente el estilo de aventuras-investigación de los capítulos anteriores por un tono más costumbrista, y si me apuran cercano al mejor Taniguchi, que nos permitirá acercarnos al lado más humano del personaje.
Curiosamente, esta mezcla entre lo costumbrista y la desenfrenada acción, funciona a la maravilla, dotando a la obra de un ritmo endemoniado al que contribuye de manera especial nuestro interés por saber más sobre el pasado de Keaton. De hecho, en este primer tomo, solo alcanzamos a ver el principio del camino y justo cuando más interesante se pone todo, nos quedamos con ganas de más.
Una obra que pese a apartarse de los caminos habituales seguidos por el autor, tiene la misma calidad que sus mejores trabajos y que sin duda no defraudará a aquellos que se lleven el libro atraídos por el sello de calidad Urasawa.
Gustará, aunque de una manera diferente, a los fans del autor. Puede sorprender a los que solo conocer la faceta thriller de Urasawa. Todo el talento gráfico de Urasawa puesto al servicio de otro tipo de historia.