¡Qué difícil se hace trasmitir todo lo que Goliat ofrece en su lectura a través de simples palabras! Su dibujo minimalista, el bitono, su ritmo, el humor latente, los diálogos, el ritmo, la atmósfera, etc... Todo es perfecto para el tipo de historia que Tom Gauld nos quiere contar con Goliat.
Una revisión de la mítica batalla entre David y Goliat, vista esta vez desde el punto de vista de un inédito Goliat que lejos de ser un temido guerrero, para la ocasión, lo identificamos con un gigante ser humano más apto para las tareas administrativas que para el uso de la espada. Pero el físico es el físico, y debido a esto, su destino estaba sellado.
Esto es lo que se nos cuenta en Goliat, los días precedentes al encuentro, los pensamientos de Goliat, sus dudas, su pocas ganas de batallar... sus sentimientos más profundos en contraste con lo cómico de la situación. Extraña combinación que solo el talento de Gauld hace creíble, mezcla de su gran habilidad narrativa, sus sensacionales y acertados diálogos y esa presencia grafica deudora de Doré y Gorey.
Goliat es una obra de disfrute personal, un pequeño capricho que de vez en cuando es bueno concederse y degustar a nuestro ritmo.
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