Pudridero

Una batalla de Pokemones dibujada al más puro estilo Burns y con toda la desestabilización emocional de un Kago. Esta podría ser una definición que nos acercara ligeramente a lo que nos vamos a encontrar dentro de Pudridero del ínclito Johnny Ryan.
Una broma, para algunos supongo que de mal gusto, en forma de cómic donde la ultraviolencia campa a sus anchas y los políticamente incorrecto es el lema a seguir por sus autor.

Desde una nave espacial, nuestro protagonista se ve arrojado a un planeta prisión donde tendrá que luchar hasta el paroxismo por la supervivencia. Como si de una videojuego de lucha se tratara, cada capítulo supone para nuestro "héroe" un nuevo engendro que batir. Y cuando digo engendros, lo hago sin saber muy bien si la palabra recoge toda la dimensión de criaturas creadas para la violencia,  llenas de fluidos de lo más variado, donde los vómitos no faltan e incluso con alguno creándose con su propio semen.

Extraña mezcla esta que nos propone Johnny Ryan y, a primera vista, no apta para cualquier lector, sobre todo si este lector llega desprevenido. Con todo, algo tiene este Pudridero que te atrapa y te anima a su lectura. Quizá sea la frescura, quizá sea lo atractivo de lo subversivo o de esa violencia tan absurda que resulta imposible no reírse de ella. Al fin y al cabo, Pudridero no es más que eso, una gran broma, donde Johnny Ryan deja salir de forma trepidante toda la vehemencia que lleva dentro. Imposible disfrutarlo de otra manera o intentar buscarle otro tipo de explicación

Gustará a todos aquellos lectores de amplias miras y dispuestos a participar en la broma. Totalmente descartable para el resto de la humanidad.