Si el mismísimo Michael Moorcock confiesa que esta que tenemos delante es para él la mejor interpretación de Elric, incluso mejorando en ciertos aspectos a su versión original, tampoco es cuestión de ir llevándole la contraria. La historia que Moorcock hubiese querido escribir... si se le hubiese ocurrido a él.
Curiosamente, la idea para esta nueva encarnación del albino melnibonés llega de la mano del guionista Julien Blondel. Apoyado por una triada de dibujantes el guionista retrata la decadencia y caída del imperio melibonés con una crudeza nunca antes vista.
Parece increíble que a estas altura podamos estar hablando de una sorpresa si a Elric nos referimos. Tras tantas y tantas versiones e historias contadas parecía que no había sitio para más. Como mucho, repetir esquemas con dignidad. Pues no. Este equipo creativo viene a demostrarnos que aún queda mucho que contar sobre el personaje o quizás sería mejor decir que aún quedan maneras distintas de contarlo.
En la parte gráfica os podría hablar maravillas pero ya sabéis que una imagen vale más que mil palabras.
La colaboración de tres dibujantes tan distintos entre si para crear un universo y unos personajes coherentes consigo mismos y con el legado del Elric parecía misión imposible.
Increíblemente, el resultado, más allá de resultar acertado, va un paso más hasta poder considerarse espectacular.
Tras los dulces lápices de Didier Poli, Robin Recht realiza un misión que no se puede definir como simple entintado, dotando al dibujo de la dureza y el caos necesario para reflejar con personalidad el mundo melibonés. Como punto final del proceso, Jean Bastide retoca todo lo que se podría mejorar y da color.
Liberados de los corsés creativos tan comunes en el mercado americano, esta versión francesa de Elric es ideal para poder llegar a los puntos de decadencia presentes en la obra original.
Una compra necesaria para los fans de Elric, muy recomendable para los aficionados a la fantasía y un buen punto de inicio para incorporarse al personaje de Elric y todo su universo.
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