jueves, septiembre 18, 2014

Canícula



Baru es un autor que se siente cómodo en el polar, ese género negro de toda la vida revisado bajo parámetros franceses. Por otro lado, su estilo gráfico se antoja perfecto para historias de corte burlesco, cercanas al esperpento. Un poco de cada es lo que nos vamos a encontrar en este Canícula.

Con una puesta en escena casi teatral, muy de cabaret, Baru asalta la adaptación al lenguaje del cómic de la famosa novela de Jean Vautrin. En unas primeras páginas de ritmo impecable, se  nos presenta a Jimmy Cobb, un ladrón estadounidense que después de dar un golpe busca refugio en la campiña francesa al verse acosado por la gendarmería. Poco podría sospechar este desafortunado atracador que la granja donde busca refugio era una recreación del infierno en tierra.

Desde una tensa y agobiante calma, reforzada por esa sensación de agobio que da el calor de la canícula, paso a paso los habitantes de la granja se van cruzando en el camino de Cobb, presagiando una espiral de violencia que llega a su esplendor en las páginas finales.

Un atípico relato de género negro que podíamos incluso definir como antipolar donde los habituales de este tipo de lectura sabrán encontrar tantos puntos comunes como divergentes, algo que ayuda a darle un sello personal a la adaptación. Adaptación por otra parte que a un nivel de estructura y puesta en escena gráfica roza la perfección, recogiendo la esencia de la novela original y al mismo tiempo aportando el toque personal e intransferible de Baru.

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