Adaptación libre del clásico de la literatura que tanta fascinación causa sobre todo entre los amantes de las letras anglosajones.
Poco (o mucho) que decir a estas alturas de personajes como Ismael, Starbuck, Queequeg o cómo no, el mítico Ahab. Personajes cuyos destinos están fijados por los movimientos del leviatán, de la gran bestia, del gigante blanco.
Olivier Jouvray et Pierre Alary son los encargados de llevar al lenguaje del cómic las palabras de Melville. Difícil tarea de la que salir airoso, y ciertamente, es en la parte de la prosa donde más flaquea este libro, siendo su parte gráfica el verdadero plus para llevárselo a casa.
Alary opta por un estilo gráfico muy visceral, cercano al esbozo, intentando captar la primera instancia del dibujo, esa fuerza inicial, sin recrearse en aderezarlo para la ocasión, dejando en parte esa función para un color que por momento es el encargado de dotar de tensión dramática a las escenas de caza.
Un cómic que no pasará a la historia como una gran adaptación de la novela, aunque si tenemos en cuenta la dificultad de la tarea y el siempre odioso agravio comparativo con el original, tampoco es decir mucho. Con todo, este Mobby Dick ofrece una entretenida lectura, un posible punto de entrada al universo Moby Dick para todo aquel que no lo conociera y sobre todo, un divertimento visual a mayor honra de un autor como Pierre Alary.
Gustará a los fans y habituales seguidores del dibujante. También recomendable para clubs de lectura y bibliotecas donde el cómic tenga una cierta presencia.
Por cierto, bonita portada.
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