Un extraño sentido de la responsabilidad librera me lleva impulsivamente a rescatar este Trillium de la pila de novedades a revisar en el que ya llevaba unas semanas. No sé, hay cómics que te invitan a su lectura y otros que por extrañas razones te evitan sin quererlo. Y una vez más, agradeceré a esa profesionalidad librera descubrir una sorprendente, por agradable, lectura.
Disfrazada bajo un trasfondo de ciencia ficción, saltos temporales, amenazas siderales en forma de plagas, nueva razas alienígenas, aventuras en las selvas amazónicas, steampunk, lo que se esconde tras la portada de Trillium es toda una historia de amor.
Una muy personal propuesta de Jeff Lemire, quien con su trazo desgarbado nos ofrece una historia con descaradas propuestas narrativas (que la edición española de ECC mutila en cierta medida al recolocar ciertas viñetas) que requerirán la atención del lector hasta el punto de llevarlo a un juego final, donde a través del regalo de una particular piedra de Rosetta se invita al lector a una nueva lectura del relato, esta vez con pistas nuevas que dotarán de una óptica diferente a todo el conjunto.
Una lectura que en parte por lo inesperado me resultó francamente gratificante hasta el punto de entrarme ganas de revisitar trabajos anteriores de Jeff Lemire que en su momento no despertaron grandes simpatías en mis lecturas.
Gustará a lectores dispuesto a ser engañados, a aquellos que quieran disfrutar con las propuestas narrativas de Lemire y en general a todo aquel que quiera disfrutar de una buena lectura sea de una historia de ciencia ficción, sea de una historia de amor.
Por cierto, el color de José Villarubia simplemente sensacional. No es de extrañar que su nombre luzca al mismo nivel que el de Jeff Lemire.
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