Hay personajes que parecen creados para un autor y autores que están predestinados a determinados personajes. Es el caso de Garth Ennis y El Castigador. Muchos de los grandes momentos comiqueros pensados por Ennis están dentro de las páginas de la extensa trayectoría de este autor con el presonaje.
Es debido a esta nada desdeñable etapa que uno puede llegar a pensar que ya no queda mucho más que contar y que si así lo hiciera, el peligro de caer en la reiteración es elevado. Es justo ese momento el que elige Ennis para demostrarnos que estamos equivocados y que no solo hay más historias que contar sino que también pueden ser tan estupendas como esta del reverso soviético de Frank Castle.
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