No es mi intención venderos humo o elevar el nivel de vuestras expectativas con respecto al debut de Ezequiel Rubio en el mundo del cómic, pero os puedo asegurar que si en la portada de este tebeo en vez de figurar el apellido Rubio figurara el de Millar, vuestro nivel de atención sería totalmente diferente. Y debería de serlo, porque os aseguro que Millar ha firmado tebeos que tenéis en casa muy por debajo del nivel de este Ray.
Una historia que se mueve con soltura entre diversos géneros como el fantástico o el de superhéroes añadiendo un tono de nostalgia y homenaje ochentero tan de moda.
Yo ya cumplí con mi misión evangelizadora. Ahora, vosotros tenéis la última palabra.
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