El Drácula de Fernando Fernández siempre tendrá un lugar destacado entre mis lecturas comiqueras porque fue una de esas lectura con la que realicé la transición del cómic infantil al cómic adulto en una época donde no leías lo que querías sino lo que podías y caía en tus manos.
Desde la escuela Bruguera y la línea clara francobelga con cómics como este Drácula descubrimos otras lecturas y otras interpretaciones gráficas hasta ese momento desconocidas.
Y es normal que alucináramos de pequeños porque años después esta lectura del Drácula sigue proporcionando los mimos estímulos comiqueros.
Este título es por derecho propio uno de los clásicos de nuestro cómics y siempre tendría que estar disponible en nuestro mercado.
Cartem Cómics resuelve la injusticia que desde hace unos años era que no tuviéramos disponible este título y lo hace con una edición 40 aniversario de coleccionista digna de la obra; a gran tamaño, de gran calidad y bien editada.
Supongo que a estas altura no necesito decir que os recomiendo su compra y su lectura, ¿no?
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