Una nueva entrega de la serie que repite, una vez
más, los esquemas ya conocidos por todos los seguidores de la obra y con los
que Leo consigue, también una vez más, seducirnos como si del primer relato se
tratara. Este autor nos va enredando en sus tramas, jugando a estas alturas con
el magnetismo que nuestro grupo de protagonistas produce en nosotros y dando los
adecuados giros de guión para mantenernos atrapados a la trama.
Es decir,
volvemos a tener una entrega de Aldebarán que guarda toda la esencia del relato y que no va a defraudar a ninguno de los habituales seguidores. A los que
todavía no le han dado una oportunidad solo nos queda reiterar
nuestra recomendación.
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