martes, julio 27, 2010

La herencia del coronel



El personaje principal de esta historia, Elvio Guastavino, nació en un hogar cristiano de aspecto completamente respetable en la Argentina de finales de los años 70. Su padre es uno de aquellos militares que lucharon por imponer los grandes preceptos del cristianismo occidental. La madre, ama de casa, aprueba orgullosa la actividad patriótica de su marido, la responsabilidad y meticulosidad con la que aplica torturas en un centro de detención clandestino , de los que existía durante el autoproclamado "proceso de reorganización nacional" que gobernaba en ese país hace un tiempo. - Carlos Trillo -


Con todo el riesgo que conlleva una afirmación como ésta, creo que de un hecho histórico como fue la dictadura argentina y sus consecuencias solo hay dos posibles ángulos de acercamiento. O bien optamos por el rigor documental e histórico, o bien hacemos de tripas corazón y elegimos el modelo del sainete y la sátira.

Carlos Trillo y Lucas Varela, claramente, han elegido esta última opción para exorcizar los fantasmas de esa época, ocultos en la habitación del recuerdo. La herencia del coronel es, sin ningún tipo de duda, una obra de ficción. Pero tampoco queda duda de que los autores han recogido la inspiración que siempre proporciona la realidad para retratar en la misma los sucesos acaecidos en Argentina.
Trillo desarrolla una trama cercana al esperpento que Lucas Varela plasma de una manera totalmente magistral en imágenes, con el punto justo de dibujo caricaturesco pero sin olvidar nunca el tono gris que la historia de fondo demanda.

Tengo mis dudas de cual puede ser la reacción de un argentino que haya sufrido en su carnes las experiencias que se relatan en esta historia. Doy por hecho que habrá de todo, desde lectores que estarán totalmente de acuerdo con la visión de los autores y otros que clamarán al cielo ante tamaña falta de respeto.
Desde un punto de vista totalmente ajeno a la circunstancias, solo puedo confirmaros que La herencia del coronel me parece un estupendo cómic, en el que los autores demuestran que la mejor forma de psicoanálisis es siempre el humor y la capacidad de reírse de uno mismo.

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