Haunt

Qué peligro tiene hoy en día llamarse Robert Kirkman! Después de convertirse, por derecho propio, en el renovador por excelencia del "Género", todos y cada uno de sus nuevos proyectos estarán sometidos al escrutinio más exacerbado. Si como es el caso, añades una campaña de marketing sin igual, con inesperados regresos de leyendas del cómic, como es el caso del juguetero McFarlane, el fuego se aviva.

Hay que decir que lo de Kirkman tiene mérito. Invencible y sus Muertos vivientes son, ahora mismo, los cómics a seguir en su campo. Como suele pasar en la industria, cuando un autor tiene ideas y cosas que contar, y lo más importante, consigue que esta ideas se vendan, automáticamente pasa a la segunda fase del plan. Esto es, explotar la gallina hasta que no de más. De aquí lo del mérito, porque de un tiempo a esta parte, Kirkman hace cómics como churros con un nivel medio respetable. El problema es que Los muertos es muy buena, y cualquier comparación, se cae por su propio peso.

Ahora llegamos al punto en el que, tras lo expuesto anteriormente, esperáis que os diga que Haunt no aguanta el tirón. Pues sí, pero no.

Saquémonos cuanto antes la losa de la espalda. Está claro. No llega a la altura de Los muertos o Invencibles. Aclarado esto, también os digo que es un tebeo entretenido. Simplemente tienes que tener un poco claro donde te metes. Haunt es un tebeo de superhéroes, donde Kirkman intenta, y sólo a veces consigue, dotar del toque Kirkman.



Estoy seguro que la implicación mediática de McFarlane tiene mucho que ver en que el producto final no sea 100% Kirkman. Sin ningún tipo de duda su labor editorial fue mucho mayor que su labor creativa. Parece ser que realmente McFarlane se limita a dibujar las portadas y a entintar los lápices de Capullo (clon oficial y reconocido), con todo lo difusa que esta labor puede llegar a ser.

Resumiendo. The Haunt es un entretenido tebeo de superhéroes, que agradará en el dibujo a los seguidores del Spiderman y Spawn de McFarlane, y que contentará a los seguidores más festivos de Kirkman mientras que seguramente dejará fríos a todos aquellos que esperen reflexiones más vitales, al estilo Muertos vivientes.