De sorprendente a increíble. Así es como definiría la capacidad creativa de Bastien Vivès, que desde su prometedor debut con la historia de las piscinas, no deja de ofrecernos, casi sin intervalo de tiempo, obra tras obra. Como comentaba el otro día un amigo; "Joer, este tío es un cabrón. No para. ¿Pero qué pasa, no duerme o qué?"
Y no es solo lo que produce (5 álbumes en el periodo de poco más de un año), lo más importante es que todas sus propuestas no están exentas de calidad.
Con Amistad estrecha, Vivès sigue su línea de cronista oficial de las relaciones sentimentales de una posible juventud de hoy en día. Una temática que como nos demostró en El gusto del cloro y En mis ojos, domina a la perfección y que se adapta como un guante a su personal estilo gráfico.
En Amistad estrecha vuelve al tema de las relaciones de pareja, continuando lo que ya podíamos considerar como una trilogía, puesto que las obras anteriormente citadas, sin querer (o a lo mejor queriendo), podrían ser las partes de un todo. La historia de Bruno y Francesca y la eterna duda entre dar el siguiente paso, ese que lleva a dos buenos amigos, casi almas gemelas, a convertirse en una pareja o continuar disfrutando de una relación especial. Por el camino, un radiografía de la juventud actual, de sus relaciones, su usos, sus costumbres.
Destacar, como es habitual, la inherente capacidad de Vivès en su dominio gráfico de las expresiones humanas. Sin embargo, en esta obra, parece que sus experimentos narrativos están más contenidos que en trabajos anteriores, adaptándose a un estilo narrativo más tradicional, que no por ello resta interés al conjunto. De hecho, todavía hay pequeños detalles marca de la casa, como esos flashbacks donde el dibujo se difumina rozando el expresionismo más pop, de la misma manera que los recuerdos se nos presentan siempre borrosos en nuestra mente.
Un libro que es un compra necesaria para los seguidores del autor, y una lectura muy recomendable para cualquier lector ocasional.
Y no es solo lo que produce (5 álbumes en el periodo de poco más de un año), lo más importante es que todas sus propuestas no están exentas de calidad.
Con Amistad estrecha, Vivès sigue su línea de cronista oficial de las relaciones sentimentales de una posible juventud de hoy en día. Una temática que como nos demostró en El gusto del cloro y En mis ojos, domina a la perfección y que se adapta como un guante a su personal estilo gráfico.
En Amistad estrecha vuelve al tema de las relaciones de pareja, continuando lo que ya podíamos considerar como una trilogía, puesto que las obras anteriormente citadas, sin querer (o a lo mejor queriendo), podrían ser las partes de un todo. La historia de Bruno y Francesca y la eterna duda entre dar el siguiente paso, ese que lleva a dos buenos amigos, casi almas gemelas, a convertirse en una pareja o continuar disfrutando de una relación especial. Por el camino, un radiografía de la juventud actual, de sus relaciones, su usos, sus costumbres.
Destacar, como es habitual, la inherente capacidad de Vivès en su dominio gráfico de las expresiones humanas. Sin embargo, en esta obra, parece que sus experimentos narrativos están más contenidos que en trabajos anteriores, adaptándose a un estilo narrativo más tradicional, que no por ello resta interés al conjunto. De hecho, todavía hay pequeños detalles marca de la casa, como esos flashbacks donde el dibujo se difumina rozando el expresionismo más pop, de la misma manera que los recuerdos se nos presentan siempre borrosos en nuestra mente.
Un libro que es un compra necesaria para los seguidores del autor, y una lectura muy recomendable para cualquier lector ocasional.
2 comentarios:
El Bastien Vivès es una autentica pasada. Fué un placer leer El gusto del cloro, que para mí es un tebeo que sin aparentemente decir muchas cosas dice tantas. Y éste verano me leí En mis ojos, que con la propuesta narrativa tan arriesgada que propone, y con lo dificil que resulta no caer en la monotonía, hace que te metas de lleno en la historia yla vivas con una realidad pasmosa. Estoy de acuerdo: Éste tio es un cabrón.
El gusto del cloro y en mis ojos me dejaron muy buen sabor de boca, y lo que he leído de Por el imperio también, así que con este ni me lo pienso, gracias por la reseña y un saludo.
http://www.labaladadelmarsalado.blogspot.com/
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