La espera fue larga, pero por fin llegó el momento. Ya está disponible la edición en castellano de El gran Dalmuti, uno de esos juegos de mesa que te quitará horas y horas de ocio a ti y a tus amigos, familia, compañero de trabajo, etc...
Creado por Richard Garfield, el padre del Magic, este juego poco tiene que ver con su hermano mayor. Es un juego de cartas, pero no es coleccionable. O sea, te compras la caja y juegas toda tu vida. Por supuesto, es un juego de tipo gregario, por lo cual, la máxima jugabilidad se conseguirá si hay de 4 a 8 jugadores.
La dinámica del juego, tan sencilla como adictiva. Cada jugador recibe unas cartas, con unos valores, de un mazo común. Al inicio del juego, cada jugador tiene una posición social que le otorga unas ventajas y que irá cambiando según avancen las rondas. En cada turno, cada jugador tiene que deshacerse del mayor número de cartas posibles de su mazo. El jugador que consiga deshacerse de todas sus cartas es el ganador y el futuro poseedor del título de Gran Dalmuti.
Cada ronda empieza con el jugador con posesión del turno jugando una o más cartas del mismo rango. Cada jugador en orden hacia la izquierda tiene la opción de jugar un conjunto del mismo número de cartas de mejor rango, o pasar. Jugar un conjunto de cartas de mejor rango es llamado cubrir la jugada anterior. (Siempre tienes la opción de no cubrir esa jugada) Los jugadores continúan cubriendo las jugadas anteriores o pasando hasta que todos los jugadores hayan optado pasar una jugada en particular. Así acaba la ronda. El jugador que ocupe en esos momentos el puesto de Gran Peón, recoge las cartas de la mesa, mientras que el jugador que ha hecho la última jugada tiene el primer turno en la siguiente ronda de juego.
Por supuesto, como siempre pasa con este tipo de juegos, la dinámica es extremadamente sencilla, lo que puede llevar a error. Sencillo no es lo mismo que aburrido. Todo lo contrario. En los pequeños detalles es donde está la gracia del juego, permitiendo numerosas estrategias, dependiendo de cada jugador. A veces, como en el poker, tienes que farolear un poco y permitir manos a los contrarios, incluso cuando tu tienes jugadas claras, para poder dar el golpe definitivo y descartar a los jugadores más fuertes.
Un ejemplo. Los Bufones son cartas especiales y pueden ser usadas para extender los conjuntos. Un Bufón jugado por sí mismo es la pero carta del mazo, pero si la usamos con un conjunto de cartas, entonces el bufón toma el mismo valor que las cartas del conjunto.
Si conoceis juegos como Ciudadelas, Carcassonne, Coloretto y similares, siento deciros que tenéis otra compra pendiente para vuestra colección.
Creado por Richard Garfield, el padre del Magic, este juego poco tiene que ver con su hermano mayor. Es un juego de cartas, pero no es coleccionable. O sea, te compras la caja y juegas toda tu vida. Por supuesto, es un juego de tipo gregario, por lo cual, la máxima jugabilidad se conseguirá si hay de 4 a 8 jugadores.
La dinámica del juego, tan sencilla como adictiva. Cada jugador recibe unas cartas, con unos valores, de un mazo común. Al inicio del juego, cada jugador tiene una posición social que le otorga unas ventajas y que irá cambiando según avancen las rondas. En cada turno, cada jugador tiene que deshacerse del mayor número de cartas posibles de su mazo. El jugador que consiga deshacerse de todas sus cartas es el ganador y el futuro poseedor del título de Gran Dalmuti.
Cada ronda empieza con el jugador con posesión del turno jugando una o más cartas del mismo rango. Cada jugador en orden hacia la izquierda tiene la opción de jugar un conjunto del mismo número de cartas de mejor rango, o pasar. Jugar un conjunto de cartas de mejor rango es llamado cubrir la jugada anterior. (Siempre tienes la opción de no cubrir esa jugada) Los jugadores continúan cubriendo las jugadas anteriores o pasando hasta que todos los jugadores hayan optado pasar una jugada en particular. Así acaba la ronda. El jugador que ocupe en esos momentos el puesto de Gran Peón, recoge las cartas de la mesa, mientras que el jugador que ha hecho la última jugada tiene el primer turno en la siguiente ronda de juego.
Por supuesto, como siempre pasa con este tipo de juegos, la dinámica es extremadamente sencilla, lo que puede llevar a error. Sencillo no es lo mismo que aburrido. Todo lo contrario. En los pequeños detalles es donde está la gracia del juego, permitiendo numerosas estrategias, dependiendo de cada jugador. A veces, como en el poker, tienes que farolear un poco y permitir manos a los contrarios, incluso cuando tu tienes jugadas claras, para poder dar el golpe definitivo y descartar a los jugadores más fuertes.
Un ejemplo. Los Bufones son cartas especiales y pueden ser usadas para extender los conjuntos. Un Bufón jugado por sí mismo es la pero carta del mazo, pero si la usamos con un conjunto de cartas, entonces el bufón toma el mismo valor que las cartas del conjunto.
Si conoceis juegos como Ciudadelas, Carcassonne, Coloretto y similares, siento deciros que tenéis otra compra pendiente para vuestra colección.
1 comentario:
JUEGAZO!!!! Vicio, vicio, vicio, vicio!!! Es empezar a jugar y no parar!
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