Progresa adecuadamente. Este podría ser el comentario que House of Mystery se llevaría en su cartilla de evaluación después de su segunda entrega. Parece que la serie se va asentando y que la trama avanza paso a paso, poco a poco. Los adjetivos vertidos en los comentarios de la primera entrega se podrian cortar y pegar en esta segunda. Se podría añadir que la trama principal avanza un poquillo. Empezamos a conocer la verdadera razón por la que nuestra protagonista está en la casa (en esta vida nada es casual) y cuál va a ser su misión. Por supuesto, toda esta información siempre es menos de la deseado, pero de cara a las ventas tampoco es bueno agotar el filón antes de tiempo, no? La clave, como siempre, está en dosificar estas pistas sin llegar a cansar al lector, librando las batallas en su momento y no abriendo más puertas de las que vas cerrando.
Por ahora, como os decía al principio, la serie sigue siendo entretenida. Tendremos que darle un tomo más para ver si la cosa tiene sentido o es todo un engañabobos. En todo caso, que la nómina de artistas invitados se vea incrementada con nombres como el de Bernie Wrightson siempre es un incentivo. Pese a que su colaboración se limite a 6 páginas y pese a que el guión que le pone Willingham no pase de pequeño chiste, siempre es motivo de alegría ver un trabajo de este genio del terror.
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