Me alegra comprobar que después de tantos años todavía queda espacio para la sorpresa cuando hablamos de coger un tebeo y leerlo. Llegué a este Mr Amperduke atraído por las referencias publicitarias que lo definían como un cómic ambientado en el mundo LEGO y finalmente me llevo uno de los tebeos de la temporada.
La sinopsis es corta y sencilla. Mr Amperduke es un hombre que, ya en su retiro, se dedica a construir y conservar una ciudad realizada al más puro estilo LEGO. Lo curioso es que esta ciudad tiene sus propios habitantes, los Snodules, una suerte de muñecos de LEGO.
La vida en la ciudad es maravillosa, pero la llegada del nieto de Mr Amperduke para pasar unos días con su abuelos, desencadena una catástrofe de proporciones apocalípticas para la ciudad.
El verano... un mundo perfecto...se va a extinguir.
La trama tiene su atractivo, pero sinceramente, tampoco es para suscitar la excitación de un lector veterano. Lo bueno, lo mejor, lo superlativo, viene dado por la forma en la que Bob Byrne, padre y señor de la criatura, nos cuenta todo esto.
A través de un cómic de 180 páginas, sin una sola palabra, y con un despliegue narrativo que lo lleva a usar más de 2000 viñetas (con páginas que llegan a tener hasta 16 viñetas!!!), la verdad es que la cosa suena a locura. Conseguir que todo este conjunto tenga una recepción final por parte del lector, que sea a lo menos comprensible, parece una labor al alcance de muy pocos. Pero ya pensar que no sólo lo hace inteligible, sino que también lo hace interesante y amenos, atrapándonos en su lectura desde la primera página, suena a increíble. Pues bueno, el señor Byrne lo ha conseguido.
Con un ritmo de lectura vivaz, todo lo que pasa (y no pasan pocas cosas) está perfectamente explicado al lector. El miedo, la angustia, la esperanza, el heroísmo, todas estas sensaciones están perfectamente reflejadas sin usar palabras, alternando momentos de acción al más puro estilo Godzilla con otros momentos introspectivos dignos de cualquier novela gráfica para adultos, con reflexiones de fondo sobre el papel del hombre jugando a ser Dios, las nuevas tecnologías enfrentándose a la naturaleza o lo efímero de una sociedad perfecta.
Sin duda, un soplo de aire fresco en el panorama comiquero actual.
Aunque este TPB es inglés, la ausencia de texto lo hace totalmente accesible a cualquier tipo de lector más allá de limitaciones lingüísticas. En todo caso, por ahora no está publicado en España.
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