Después de un tiempo en el tema este de leer tebeos (y de venderlos) hay cierto tipo de publicidad que me produce el efecto contrario al que se supone es el deseado. Cuando desde una editorial anuncian su nuevo proyecto como el nuevo Watchmen (¿cuántos llevamos ya?), el próximo Supreme Power, con un guión que firmaría el mismísimo Moore, con un dibujo que lo pondrá entre los favoritos de los más fans, etc... cuando toda esta información viene directamente en forma de publicidad, realmente me entra la pereza. No sé si es buena idea o no. Supongo que sí desde el momento en que no dejan de hacerlo, pero claro, hay que pensar que con estas referencias las expectativas de lector crecen y con ellas lo puede hacer su decepción.
En todo caso, mi labor como aficionado, y sobretodo como librero, me lleva a comprobar en persona cuánto de realidad hay en la literatura publicitaria. Así, no sin curiosidad, dediqué un tiempo de mi vida a la lectura de The Mighty. Resultado; a lo mejor toda esa publicidad tiene un fondo en el que asentarse.
Este primer tomo recopila los primeros 6 números de una serie de 12. ¿Que por qué Planeta no sacó los 12 números juntos?. Buena pregunta.
El comienzo no es algo que nos vaya a sorprender. Una nueva interpretación del SUPERHEROE, por antonomasia, llámese Superman, Hyperion o Samaritano. Sus orígenes, su relación con el mundo en el que vive e incluso su amistad con el que es su agente de contacto. Tres números que se dejan leer pero que suenan a terreno conocido. Pero en el cuarto, algo cambia. De repente, una serie que se estaba leyendo por inercia, empieza a tener atractivo en sí misma. Ya queremos conocer. Algo empieza a cambiar en el guión estándar, y The mighty se hace con su cachito de interés.
Pena de no haber publicado los 12 números en un volumen integral, porque lo mejor que puedo decir para animaros a llevar este tomo es que realmente tengo ganas de ver por dónde sigue la trama. Por el momento , misión cumplida. Un cómic de entretenimiento que cumple su función.
Serán los 6 números restantes los que harán válida la publicidad editorial. El tiempo, y Planeta, dirá.
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