Grandes Soldados podría ser uno de esos incesantes candidatos a heredar el trono de Isaac el Pirata. Tanto la parte gráfica como la ambientación nos recuerdan, sin muchos esfuerzos, a las aventuras del famoso pirata creado por Blain.
Para la ocasión, partiendo de hechos históricos, un recién llegado al mundo del guión comiquero como es Rivelaygue, nos traslada a la época del Rey Federico I de Prusia y su obsesión por crear el gran ejército europeo. Dentro de esa obsesión, un apartado especial por tener su propia guardia personal formada por gigantes. Así, miembros cercanos a su corte, recorren toda Europa en busca de seres humanos de proporciones descomunales que con su sola presencia garantizaran el pánico en el enemigo.
En esta trama tan real como puede ser la historia, es donde Rivelaygue introduce la figura ficticia de Cathal Crann, un gigante irlandés que sin quererlo ni beberlo se ve introducido en la corte de Federico I.
Grandes Soldados es un obra que aúna una gran presencia gráfica con un guión lleno de ritmo, ciertas dosis de aventura y una buena carga de humor (sobre todo en la grotesca figura del rey). Una extraña mezcla que funciona a las mil maravillas... hasta la parte final del libro. No sé si por falta de experiencia del guionista, por dejadez o por falta de ideas, pero el caso es que una obra que podría haber trascendido, se queda solo en interesante debido a ese desfallecimiento final.
Gustará a los ansiosos por cubrir el hueco dejado por Isaac el pirata y para aquellos que quieran ser testigos del posible nacimiento de un gran guionista y de la confirmación de un gran dibujante como es Tallec.
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