La edad media no fue una buena época para "ser diferente". Cualquiera que se saliera de los margenes impuestos por el obscurantismo religioso estaba marcado. Más aún si eras mujer y no cumplías con los estándares pensados para ti. Corrías mucho riesgo de ser catalogada como bruja.
En este contexto se construye la trama de Rebis donde Martino es repudiado por su padre por el simple hecho de ser albino.
Choca que este ambiente sombrío se vea recreado con un dibujo tan limpio, preciosista y colorido como el de Carlotta Dicataldo quien sabe adaptarlo al tono más melancólico marcado para la historia por Irene Marchesini.
Un álbum lo suficientemente adulto para alcanzar el interés de cualquier lector y que no llega a cotas de crueldad suficientes para no hacerlo apto para un público más infantil.
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