Sería una pena que esta obra de Víctor Coyote no tuviera la atención que merece.
Un trabajo donde este autor nos da su particular versión del colonialismo, construido a base de medias verdades que el autor reproduce en la trama mezclando hechos reales y ficticios a conveniencia.
Víctor Coyote cruza la historia de los pintores holandeses Frans Post y Albert Eckhout con la escuela quiteña de arte religioso para construir una reflexión policromada sobre la memoria del colonialismo, el poder del arte, las costumbres naturales, la ficción y la mentira.
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