Cuatro volúmenes después, mi interés por Eagle no sólo no ha decrecido sino que ha aumentado exponencialmente con cada número. De vez en cuando, surgen tebeos-sagas, de este tipo, sin un dibujo apabullante y con una trama que no es el colmo de la originalidad. En teoría, un candidato ideal para ser una serie media, entretenida y poco más. Pero como ya he dicho, de vez en cuando, estas pequeñas dosis de calidad, se conjuntan para crear una obra superior.
Supongo que mi bagaje personal tiene mucho que ver. Siete temporadas de administración Bartlet (el mejor presidente que nunca llegará a tener un país como los USA) me marcaron profundamente, y se puede decir que soy el prototipo del lector final de una serie como Eagle. Pero independientemente de si te interesa la política americana y su sistema electoral, este tebeo está lleno de grandes momentos. En el tomo 3 está la visita de Yamaoka al Star Cafe, el restaurante más famoso de todo Texas (un estado claramente hostil para los intereses del candidato) aparentemente con el único fin de tomarse un buen chuletón de ternera. Toda la trama que se desarrolla en este local, con un candidato demócrata entre vaqueros rednecks republicanos, es magnifica. Y por si esto fuera poco, en el tomo 4, entra en escena el general Grant, un personaje del que no os puedo hablar con el fin de no caer en spoilers, pero que promete dar mucho juego.
Realizo este post justo después de acabar el tomo 4, penúltimo de la serie, y antes de saber como acaba. Me puedo suponer por donde van a ir los tiros, pero con una serie como esta no doy nada por hecho. Estoy seguro de que el autor de la obra, Kawaguchi, todavía se guarda un par de ases en la mano para dejarnos con la boca abierta. Aún así, faltando el último tomo por leer, ya os puedo asegurar que este Eagle forma parte de mis J-imprescindibles.
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