Cuando salieron las novedades de Norma, ya os comentaba que este álbum era el ejemplo perfecto de portada vendedora. Imposible pasar cerca de él sin verte tentado a coger el tebeo en tus manos y echarle un ojo. Unas semanas más tarde, los hechos me demuestran que mi suposición no estaba desencaminada, porque este tomo se ha convertido, por derecho propio, en el gran sleeper de la temporada. Ya he perdido la cuenta de los ejemplares vendidos.
Pero la gran cuestión es; ¿ hay vida más allá de la portada?.
Teniendo a Dorison como guionista, creador entre otras de series com Prophet, El tercer testamento, Santuario o West, nos aseguramos, como mínimo, una historia entretenida, narrada con profesionalidad y con las dosis necesarias de adicción. Con los dibujos de Lauffray, el espectáculo visual está garantizado, cubriendo de sobra las expectativas creadas por la portada.
Con este tebeo, estas premisas se vuelven a cumplir. Pero es que además, los autores juegan con un as en la manga. El personaje que Stevenson creó para su La isla del tesoro. Ni más ni menos que John Silver "el largo", el mismo truhán que sirvió con el capitán Flint y que fue cocinero en la Hispaniola. Desde el momento en que Silver aparece en el relato, se apodera totalmente de él, convirtiéndose en amo y señor de la historia.
En muchas partes se clasifica este cómic como una continuación de La isla del tesoro. Sin quitarle toda la razón a esta afirmación, yo diría que más que una secuela, lo que Dorison intenta es un homenaje, recuperando toda la épica de la historia de Stevenson, con continuos guiños a personajes de la novela de Stevenson, pero intentando alejarse de los parámetros originales.
Es cierto que vuelve a haber un tesoro, que vuelve a haber un mapa, una expedición y que Silver es el mismo Silver que todos conocemos, con esa eterna dualidad entre el bien y el mal. Todo esto es innegable. Pero habrá que esperar a las siguientes entregas para ver por donde navegan nuestros protagonistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario