Qué complicado es recomendar un libro como este Body World de Dash Shaw, cuando ni siquiera uno mismo tiene asegurado un criterio final. Un cómic que nació con la premisa de romper los esquemas de lo establecido y que desde la primera hasta la última hoja se deja la piel en el intento, argumental, narrativa y gráficamente.
Las cosas que suceden en el pueblo de Boney Borough dejan a Twin Peaks como un ejemplo de pueblo normal. Por momentos parece que estamos sumergidos en una serie B de la cultura pop, donde todo esos elementos de ciencia ficción y misterio propios de este tipo de historias, se mezclan con un culebrón de amores de institutos digno del Palomar de Beto Hernández, donde Shaw juega con los arquetipos de este tipo de historias exagerándolos hasta el paroxismo, convirtiendo su historia en una retorcida parodia de Archie.
Justo cuando la paciencia se agota y nos sentimos perdidos, Dash Shaw sabe poner una marcha más y captar nuestra atención para que no nos bajemos del bus hasta la próxima parada.
En la parte gráfica y narrativa todo es experimentación y búsqueda de nuevos caminos. Como en toda investigación, los resultados son dispares. Hay recursos que funcionan, hay otros que no, y todavía queda espacio para todos aquellos con los que no lo tenemos muy claro.
Comenzando con ese extraño formato vertical de lectura, imitando una cascada de información gráfica y que viene heredado de la primera publicación en formato digital de esta obra, siguiendo por esa sobreposición gráfica que el autor realiza para intentar mostrar el efecto de la transmutación de los personajes debido al efecto de las drogas y acabando por esa insana obsesión del autor por recrearse en el detalle de lo intrascendental o sus continuos coqueteos con tendencias artísticas como, entre otras, el cubismo.
En mi experiencia lectora, este Body World tiene mucho del Como un guante forjado de Daniel Clowes, aunque a diferencia de este y de los ACME del señor Ware, a mi la historia de Dash Shaw, aún recociendo el aspecto bizarro y alocado de la misma, llega a un punto donde consigue engancharme.
Body World es un tebeo que en el global puedo decir que me ha interesado y al que sin duda le reconozco su valía. Como suele pasar en este tipo de obras de vanguardia, los resultados suelen ser dispares, con instantes realmente sobresalientes y otros que resultan menos acertados.
Un tebeo que desafía nuestra capacidad como lectores de cómics, que nos va a solicitar mucho de nuestra parte pero que en el instante final nos sabrá recompensar.
Las cosas que suceden en el pueblo de Boney Borough dejan a Twin Peaks como un ejemplo de pueblo normal. Por momentos parece que estamos sumergidos en una serie B de la cultura pop, donde todo esos elementos de ciencia ficción y misterio propios de este tipo de historias, se mezclan con un culebrón de amores de institutos digno del Palomar de Beto Hernández, donde Shaw juega con los arquetipos de este tipo de historias exagerándolos hasta el paroxismo, convirtiendo su historia en una retorcida parodia de Archie.
Justo cuando la paciencia se agota y nos sentimos perdidos, Dash Shaw sabe poner una marcha más y captar nuestra atención para que no nos bajemos del bus hasta la próxima parada.
En la parte gráfica y narrativa todo es experimentación y búsqueda de nuevos caminos. Como en toda investigación, los resultados son dispares. Hay recursos que funcionan, hay otros que no, y todavía queda espacio para todos aquellos con los que no lo tenemos muy claro.
Comenzando con ese extraño formato vertical de lectura, imitando una cascada de información gráfica y que viene heredado de la primera publicación en formato digital de esta obra, siguiendo por esa sobreposición gráfica que el autor realiza para intentar mostrar el efecto de la transmutación de los personajes debido al efecto de las drogas y acabando por esa insana obsesión del autor por recrearse en el detalle de lo intrascendental o sus continuos coqueteos con tendencias artísticas como, entre otras, el cubismo.
En mi experiencia lectora, este Body World tiene mucho del Como un guante forjado de Daniel Clowes, aunque a diferencia de este y de los ACME del señor Ware, a mi la historia de Dash Shaw, aún recociendo el aspecto bizarro y alocado de la misma, llega a un punto donde consigue engancharme.
Body World es un tebeo que en el global puedo decir que me ha interesado y al que sin duda le reconozco su valía. Como suele pasar en este tipo de obras de vanguardia, los resultados suelen ser dispares, con instantes realmente sobresalientes y otros que resultan menos acertados.
Un tebeo que desafía nuestra capacidad como lectores de cómics, que nos va a solicitar mucho de nuestra parte pero que en el instante final nos sabrá recompensar.
1 comentario:
Tardaré en adquirir un ejemplar y cuando lo adquiera no lo leeré de un tirón... lo tendré en la estantería y lo cogeré cuando me apetezca. Tal y como explicas tu experiencia creo que así será.
oLO
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