"Un poco más tarde, ese mismo día y por primera vez en mi vida, fui expuesto al Blast. Blast es una expresión inglesa de difícil traducción... la onda de choque de una explosión... si se expande más rapidamente que el sonido y entra dentro de vuestro cuerpo, provoca daños internos considerables"Polza Mancini
No sé por qué me sorprendo. Después de firmar una de la grandes obras de los últimos tiempos en el mundo del cómic como fue la saga de
Los combates cotidianos, el crédito de Manu Larcenet tendría que ser ilimitado. De hecho para mí lo era. Pero ya sabéis... la siguiente obra después de un gran éxito, la aceptación por parte de público y crítica, el temor a fracasar.... Supongo que todos estos pensamiento pasarían en algún momento por la cabeza de Larcenet. Pero tras leer este Blast os puedo asegurar que se los ha pasado por donde él sólo sabe para proporcionarnos otra obra maestra.
Blast es la historia de Polza Mancini, también conocido como Grasse Carcasse (en traducción libre algo así como bola de sebo) un hombre obeso hasta el paroxismo que se nos presenta en arresto provisional, interrogado por dos policías. Aparentemente, hizo algo muy malo a una mujer de la que sólo se nos da el nombre; Carole, pero hasta el momento en que lo puedan demostrar, los policías intentan meterse en la mente de este extraño individuo, buscando algún resquicio incriminatorio. Polza les propone un trato. Si queréis saber, tendréis que recorrer conmigo el camino que me llevó hasta aquí. En ese momento empieza el relato, la historia de un hombre, escritor de cierto éxito, que de la noche a la mañana, después de visitar a su moribundo padre, decide dejar a su mujer (la única mujer que había consentido en acercarse a él sin sentir asco) y se lanza a vivir como un vagabundo, sin un rumbo fijo, en busca de ese Blast que hace mención en el título.
Larcenet nos propone un viaje al lado más oscuro del ser humano, a un mundo de tinieblas. Atraído por el magnetismo de nuestra parte oculta, nos propone un personaje al que intenta presentarnos desde todos sus lados. En esta primera entrega, todo indica que Polza no es un buen tipo. Algo malo hizo, y debe pagar por ello. Pero según van pasando las páginas, y recorremos el mismo camino que este protagonista, vamos encontrando razones, motivos, para sus acciones y de repente ya no parece tan mala persona. En ningún momento se intenta justificar al protagonista, pero si que al menos se intenta hacernos más comprensible el porqué.
Blast es un relato totalmente personal, tanto desde el punto de vista del protagonista, como desde el punto de vista del autor. Una suerte de psicoanálisis, donde la realidad propiamente dicha, va dando paso a la realidad del protagonista. Todo lo vemos a través de los diminutos ojos de Polza. O al menos vemos eso que el concibe como realidad. Por ejemplo, cuando visita a su padre, carcomido por el cáncer y postrado en una cama de hospital, en todo momento su figura se presenta como la de un pájaro moribundo.
A través de más de 200 páginas, con un dibujo en blanco y negro que pese a estar inducido por su editor no le podría haber sentado mejor a la obra, Larcenet realiza un ejercicio de narración perfecta. Si ya en Los combates cotidianos los silencios estaban presentes como un elemento narrativo más, en esta obra estos momentos son comunes. Cada uno de ellos llega justo en el momento adecuado, permitiendo tiempo a la reflexión, comunicando sensaciones, emocionandonos en un momento y cabreandonos en el siguiente. Nadie dijo que Grasse Carcasse fuera un personaje fácil.
En la parte gráfica tenemos un Larcenet en plena explosión. Liberado de todo tipo de ataduras, con ese blanco y negro que permite dar rienda suelta a su dibujo, sin intermediarios, sin concesiones, parece como si Larcenet recuperara la pasión por el dibujo más básico, elevandolo a lo sublime. Con pequeños trazos es capaz de encontrar la esencia de lo que nos quiere contar. Su sentido del ritmo, signo de identidad en todos sus trabajos, permite que las continuas digresiones del protagonista sean siempre un punto y seguido, llevando y trayendo al lector por los caminos que él desea, permitiendole una cierta libertad pero con la seguirdad de que este no va a acabar por perderse.
Esta primera entrega de Blast, de las cinco previstas por el autor, es sin duda el comienzo de algo grande. Muy grande. Larcenent quiere llevarnos por la vida de Polza y enseñarnos sus secretos, la verdad detrás del Blast, sin que nada se quede en el tintero. Quiere que conozcamos todos los detalles y que con ellos, al final seamos nosotros quien judguemos al protagonista, si es que fuera necesario ese juicio. Por supuesto, aquí estaré, dispuesto a recorrer el camino, paso a paso, tomo a tomo.
Por ahora sólo disponible en francés. La edición española no tardará mucho, puesto que Norma Editorial sacará este primer tomo en un par de meses.