Joe, el bárbaro

No fue sin tiempo, pero finalmente hice los deberes y me leí la última propuesta del iconoclasta Morrison. Supongo que su presencia como alma máter del proyecto, no ejerció de incentivo para apresurarme en su lectura. El incentivo, vino dado por un 50% de curiosidad y otro tanto de obligada profesionalidad antes las constantes consultas del público habitual de BD. Ya sabéis la muletilla; "Te lo lees, y si está bien, melo dices y melo llevo".

Bueno, pues la respuesta final para todos los preguntones, es que la cosa, Morrison mediante, está bien.

Joe, el bárbaro nos ofrece al Morrison controlado. Nada de excesos psicotrópicos ni pajas mentales.

Mucha fantasía e imaginación a raudales, de eso no va a faltar, expuesta de una forma coherente y respetuosa para con el lector. De hecho, según el equipaje literario de este lector, la propuesta resultará más o menos original y novedosa, porque la historia de Joe, tiene mucho de Alicia, La historia interminable, Momo y los incontables derivados de estas obras.

En pocas palabras. A Joe, un chaval que vive ensimismado en su mundo de héroes y fantasía, le da un bajón de azúcar. Fruto de este bajón, entra en una especie de viaje, donde realidad e imaginación se cruzan. El camino desde el ático al sótano de su casa, se convierte en un peligroso viaje lleno de inimaginables pruebas y sorpresas.

Morrison, con la inestimable ayuda del dibujante Sean Murphy, se las arregla para que sigamos a Joe en este extraño viaje, resultando la lectura  un soplo de aire fresco, tan poco esperado como reconfortante.