Los más peques de la casa están de suerte. Después de un incomprensible e interminable vacío editorial, por fin en este 2011, y por partida doble, Jill Thompson tiene en España, una publicación digna de los trabajos con los que viene arrasando en los premios Eisner de los últimos tiempos, en la categoría de mejor cómic para lectores jóvenes.
Dos álbumes que te hacen desear volver a ser niño de nuevo y que sin duda marcarán las lecturas de aquellos jóvenes lectores que los descubran ahora y que seguro que no los olvidarán de por vida, igual que muchos de nosotros recordamos ahora los libros de Los Hollister, Los cinco o Los manuales de los jóvenes Castores.
Jill Thompson nos deleita con una serie de historias cortas, que tienen en común una base de aventura y misterio, protagonizadas en el caso de La bruja madrina por un grupo de niños con Hannah Marie y su Bruja Madrina como actrices principales y cambiando estos actores por una banda de perros de barrio (y un gato) en el caso de Los animales de Burden Hill.
Historias que se leen como cuentos, maravillosamente dibujadas y que si bien tienen el toque infantil necesario, evitan tratar a los niños como tontos y permiten que incluso los más mayores disfrutemos de su lectura como si volviéramos a nuestra tierna infancia.
En estas fechas navideñas, una obligada elección de regalo para los más peques. Estoy seguro de que cuando sean mayores, se acordarán perfectamente de quien les regaló en su día su querido ejemplar de Jill Thompson.
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