Dentro de las interpretaciones de Lucky Luke que venimos disfrutando en los últimos tiempos llega a hora a nuestro mercado una versión a cargo de Ralf Konig que, tengo que reconocerlo, no esperaba.
Pero una vez realizada la lectura reconozco que a mi me ha funcionado. Que nadie espere aquí ver al Konig trasgresor de sus obras más personales (al fin y al cabo Lucky Luke sigue funcionando como franquicia) pero si que ha sabido introducir los suficientes puntos del universo Konig a la vez que respeta el legado de Lucky Luke.
Claramente, los más puristas echarán el grito al cielo. Ellos se lo pierden.
Al final lo que nos vamos a encontrar aquí es una divertida trama donde Konig sabe realizar un tan perfecto como imposible mashup entre Lucky Luke y Brokeback Mountain.
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