lunes, junio 27, 2022

Solo los encontramos cuando están muertos


Poco hace falta para que una propuesta de ciencia ficción me seduzca. Con algún toque de novedad ya sea en al trama o en el universo propuesto, ya me tenéis ganado para la causa.

Al Ewing ofrece en este trabajo algo de esto y mucho más. Con un armazón de space opera de toda la vida, esta historia de forense espaciales dedicados a despedazar los restos de esas criaturas celestiales a lo Galactus que muchos se empeñan en clasificar como dioses gana interés a cada páginas pasada.

El motor de toda la trama es saber qué son exactamente estas criaturas y de dónde vienen. Esta excusa argumental le sirve a los autores para extenderse en otras cuestiones más previsible, pero no por ello menos interesante, como son el pasado de los miembros de la tripulación de la nave forense de nuestros protagonistas.

Estructura narrativa llena de flashbacks con historias del pasado que tienen su desenlace en el presente y con una trepidante tensión narrativa. Acompaña una servicial propuesta gráfica de Simone que va adaptando su dibujo a las necesidades de relato.

Una buena y sólida historia de ciencia ficción donde visitaremos tantos lugares y situaciones conocidas como otras totalmente frescas y novedosas.

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